El gobierno nacional y los provinciales respondieron a la extorsión policial de los motines y alzamientos, otorgándoles no sólo todas las reivindicaciones salariales que piden sino la garantía de impunidad después de los levantamientos, fortaleciendo así las fuerzas represivas del Estado, que están más envalentonadas para salir a cazar pibes por “portación de rostro”, a reprimir protestas sociales, eso sí, con ingresos que le son negados a la inmensa mayoría de los trabajadores. Mientras aumentan sus sueldos para reprimir, a los trabajadores se nos persigue y acaban de ser condenados a perpetua tres trabajadores petroleros de la localidad santacruceña de las Heras.

En los últimos años, las policías de las distintas provincias fueron las protagonistas de escándalos y graves delitos como el narcotráfico en Córdoba y Santa Fe y la trata de de personas en Tucumán; el ataque y asesinatos al pueblo Qom a manos de la policía de Formosa; en el caso de la Federa, asesinatos en el Parque Indoamericano e infiltración en organizaciones sociales como el agente Américo Balbuena y además de mil espías en actividad; la bonaerense también que es responsable de la desaparición de Julio López, de Luciano Arruga, de los asesinatos de Kosteki y Santillán.

Desde el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos, luchamos todos los días contra la represión y la impunidad, entendemos que los policías no son trabajadores, sino que son parte del cuerpo represivo del Estado, a servicio de defender los grandes negocios de los empresarios y mantener el orden basado en la desigualdad y en la explotación de millones. Por eso, no apoyamos ninguna de estas protestas policiales, ni proponemos ningún tipo de organización sindical para ellos, sino que las repudiamos porque fortalecen a los enemigos de los trabajadores y sectores populares.
Porque quieren enfrentar a los sectores medios contra quienes están en situación de pobreza, estigmatizando a los que viven en barrios populares, desde el Centro de Profesionales de los Derechos Humanos, expresamos nuestro mas enérgico repudio a esta política, y decimos que la única salida es que los trabajadores luchen por sus propias reivindicaciones, encabezando a los sectores populares, haciendo carne las demandas más sentidas: que todos los trabajadores tengan un salario mínimo igual a la canasta familiar, que haya un plan de obras publicas de viviendas para los sectores populares, y terminar con el trabajo en negro. También consideramos que la juventud, que es la que más sufre el garrote policial, debe organizarse y repudiar a la policía del gatillo fácil. Por eso, desde el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos, junto a otros organismos independientes, organizaciones políticas, organizaciones de trabajadores combativos y la juventud llamamos a la coordinación anti represiva, independiente de los gobiernos provinciales y nacionales, y junto a los trabajadores.

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