Miércoles 10 de noviembre de 2004

BRUKMAN VUELVE A SER DE LOS TRABAJORES

Las obreras de Brukman y todos aquellos que fuimos parte de su lucha, festejamos el pasado jueves 30 de octubre cuando la legislatura porteña votó la ley de expropiación de la fábrica. La ley hará que por fin las obreras de delantal celeste, que se han convertido en un símbolo para amplios sectores en el país y en el mundo, vuelvan a entrar a ese edificio de la calle Jujuy 554 del que fueron desalojadas un lluvioso 18 de abril de 2003, cuando los jueces de la dictadura, Bonorino Peró y Piombo lo ordenaron entre gallos y medianoche. Así como sucedió luego de los desalojos del 16 de marzo de 2002 y del 24 de noviembre de 2002 y con esa alegría del triunfo obrero, entraremos al grito de “Brukman es de los trabajadores y al que no le gusta se jode...”
Desde el CeProDH saludamos este triunfo y nos sentimos verdaderamente parte de él.
Porque haber logrado esta ley de expropiación y recuperar los puestos de trabajo fue posible solamente porque las obreras mantuvieron su firme decisión de luchar hasta conseguirla, sin aceptar el “camino fácil” que les proponían desde diferentes sectores del Gobierno capitalino y que por momentos muchos aconsejaron tomar. Nosotros desde nuestro lugar y con los principios de clase que caracterizan a nuestro organismo y por el cual es reconocido, apoyamos a los obreros que recorrían el “camino difícil” que era justamente el camino de la lucha, que los llevó, entre otras acciones, a tomar la producción en sus manos sin los patrones casi desde los inicios de la ocupación, con la legitimidad que tienen quienes se niegan a quedar en la calle para seguir viviendo de su trabajo, aunque el aparato judicial-estatal dicte lo contrario y quiera imponer intereses opuestos a los trabajadores ya sea con la persuasión o directamente con la represión.
Hoy se hace realidad volver a ese inmueble, a esa fábrica y recuperar los puestos de trabajo; y nosotros nos sentimos orgullosos como abogados y profesionales de la clase obrera por haber aportado para que ello se materialice. Muchas veces y sobre todo para los abogados, se vuelve difícil encontrar la medida jurídica que acompañe una pelea que rompe con la legalidad burguesa y amenaza la tan defendida “propiedad privada”; pero en esa apasionante tarea, sintiéndonos parte de esa lucha y ante cada ataque da la Justicia y el Estado, respondimos apelando a la más amplia unidad, sin dejar de lado la batalla en el terreno legal, aun cuando este último es el más desfavorable a los explotados por el mismo carácter de clase de la Justicia.
Todo lo hemos hecho convencidos del enorme valor de las acciones que protagonizaban esas obreras, que creían de verdad en sus propias fuerzas y que demostraban en chiquito cómo una fábrica puede ser una escuela de lucha, cómo se puede generar trabajo genuino, cómo se debe pelear por la defensa incondicional de la fábrica y del trabajo. Ese fue siempre nuestro norte: aportar a que esta lucha triunfe. Y lo hicimos no sólo desde las causas y gestiones ante las autoridades sino también junto a ellas en la calle codo a codo como en la salvaje represión del 21 de abril.
La ley que se votó tiene para nosotros el inmenso significado de que permitirá recuperar la fuente de trabajo de los obreros y tiene de augurioso que en su art. 2° crea una Escuela de Oficios dentro de la planta. Sin embargo, se impuso como condición a los trabajadores, un artículo que luego quedó materializado con el número 8°, que dice: “La Cooperativa de Trabajo 18 de Diciembre Limitada debe aceptar la incorporación en calidad de socios activos y en igualdad de derechos, en caso de que así lo requieran, de los trabajadores que se desempeñaban en relación de dependencia al 18 de diciembre de 2001 en la firma Cebex Argentina S.A , dentro del plazo de sesenta (60) días de la promulgación de la presente ley".
Creemos realmente que la incorporación de nuevos trabajadores a las fábricas recuperadas como lo demostró Zanon, que en estos dos años de lucha de 275 pasaron a ser 330 obreros, incorporando a los trabajadores desocupados en igualdad de condiciones, muestra quiénes son los interesados en combatir (aunque sea en pequeño) la desocupación. Pero imponer la posibilidad que se incorpore el grupo de “ex trabajadores” pagos que acompañaron a la patronal en cada uno de los desalojos, que declararon en contra de los trabajadores de Brukman imputados por usurpación, que están del otro lado de las vallas y de la lucha, es decir los carneros, significa una intromisión impresentable del aparato estatal que condiciona la autonomía de la gestión obrera, y tiene como objetivo limar lo más virtuoso del conflicto: la combatividad de la lucha y su solidaridad con otros sectores. Seguiremos apostando a que los trabajadores sigan confiando en sus propias fuerzas y en la unidad entre ocupados y desocupados y que una vez dentro de la fábrica, sigan demostrando que continúan por el “camino difícil”: el de producir, como lo hicieron para Santa Fe, al servicio de la comunidad, el de organizarce junto a los que luchan y seguir siendo un ejemplo y un referente de la clase obrera. Nosotros vamos a continuar siendo luchadores incansables de esta perspectiva.