Ayer quedó sin castigo el brutal asesinato de la trabajadora judicial Alejandra Zarza. El manto de impunidad se extiende en Neuquén garantizado por el Poder Judicial. Con tomar sólo los últimos meses el listado espanta: la liberación de los policías que fusilaron y le vaciaron un ojo al joven trabajador Pedro Alveal; la nulidad del juicio por el homicidio de la docente Ruminot; el silencio sobre la desaparición del estudiante Sergio Avalos; la impunidad para quienes robaron a los obreros de Zanon. Todas causas en las que sectores de la policía y el poder estaban involucrados. Todas causas en las que trabajadores fueron las víctimas.
Mientras tanto la misma justicia persigue y criminaliza a quienes defienden sus derechos: de los más de 2500 procesados por luchar en todo el país, 500 son de Neuquén. Un listado que no incluye a ninguno de los políticos que, como el gobernador Sobisch, fueron denunciados por actos de corrupción.
La cooptación del Tribunal Superior de Justicia y los cargos vacantes con jueces designados a dedo por el gobierno y la mayoría de la Legislatura tiene la finalidad de profundizar este camino: garantizar la impunidad para los poderosos, los políticos corruptos y los represores del pueblo.