Jueves 26 de junio de 2008

Causa Fuentealba

CRÓNICA DEL JUICIO: PERPETUA A POBLETE

Al cierre de este boletín, han sido varias las audiencias del juicio que hemos presenciado, en la vieja Legislatura. El juicio representa una escena imborrable para los que pasamos por el publico: la revivencia de la terrible represión ordenada por Sobisch que acabó con la vida de Carlos.

  • Poblete

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Al cierre de este boletín, han sido varias las audiencias del juicio que hemos presenciado, en la vieja Legislatura. El juicio representa una escena imborrable para los que pasamos por el publico: la revivencia de la terrible represión ordenada por Sobisch que acabó con la vida de Carlos.

El sello de la impunidad en la cara de Poblete, altanero, provocador. Con esa misma actitud se mantuvo aún después de que en la sala se inunden las imágenes del video con la cara de Carlos vivo, sonriendo y también, los albores de su muerte. Esa muerte provocada, planeada, llevada adelante por Poblete, y por Sobisch.

Se sienta en el banquillo, dice sus datos personales, su cabeza afeitada, su imagen provocadora y afirma: “no se de que se me acusa” .

Se te acusa de asesinar a un trabajador, se te acusa de manchar de sangre el reclamo de los trabajadores, se te acusa de la muerte. Poblete, fusilador, te acusamos.

Enfrente Sandra. En el publico, organizaciones sindicales, de derechos humanos nacionales, algunas locales. También, compañeros de Zanon, y docentes exigiendo y reclamando por el castigo a los fusiladores de Carlos. Afuera, movilizados trabajadores de la educación, ceramistas, organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos. Todos te acusamos Poblete y acusamos con vos a los responsables políticos del fusilamiento de Carlos.

Y volvemos a las imágenes del juicio, y lo vemos a Poblete que intenta con su cabello afeitado confundir a los testigos para que no lo identifiquen. Y de repente, en una clara provocación, el defensor de Poblete solicita que le permitan ponerse el casco de los grupos especiales de la Policía de Neuquen. El Tribunal lo autoriza y Poblete se para, delante de todos los presentes se pone el casco. Con el casco puesto, vuelven las imágenes difundidas de la foto del fusilador.

En los días sucesivos, las jornadas se extenderían hasta el anochecer, jornadas cargadas de emoción en las declaraciones de los testigos de aquella terrible represión asesina. Los compañeros declaran, lo señalan, lo reconocen, lo acusan. El defensor inventa escenas cinematográficas para que se diluya la atención de los relatos e intenta introducir falsa prueba al juicio y solicitar se declare el falso testimonio de los que señalan a Poblete. Y escucharemos a Natalia Cantero, docente, comunicadora social e integrante de APDH, que contaría entre llantos la crónica de ese fatídico día; y que con fuerza en su voz no olvida, y afirma frente a Poblete: “Exijo a este Tribunal Justicia, no sólo para Carlos, sino para todos los que fuimos parte de la represión de Arroyito, que desde hace mas de un año, vivimos este horror”.

Poblete esta solo en la sala, algún que otro familiar vigila el juicio de lejos. Sus camaradas de armas, le soltaron la mano y también lo acusan travestidos en testigos, como si no hubieran sido parte de esa represión. Quizá intenten, acusando, ocultar el retumbar de sus propios disparos. Poblete los mira, a su lado, las sillas vacías de los imputados que faltan y deberían estar sentados en ese mismo banquillo.

Del otro lado, somos muchos, acusando a Poblete, y también a Sobisch y a todos los responsables políticos. Muchos los que sentimos como propia esa muerte obrera. Muchos los que seguiremos movilizados hasta lograr la perpetua a Poblete y la cárcel a todos los responsables políticos del fusilamiento de Carlos. Muchos los que luchamos contra la represión y la impunidad.