14/6 MARCHA A LOS TRIBUNALES DE QUILMES
Cárcel a Salmo y a todos los asesinos de gatillo fácil
El próximo lunes 14 se hace la audiencia en la que el tribunal oral 5 de Quilmes va a dictaminar los años de condena que le corresponden al ex policía José Salmo, que me disparó y dejó en una silla de ruedas.
El próximo lunes 14 se hace la audiencia en la que el tribunal oral 5 de Quilmes va a dictaminar los años de condena que le corresponden al ex policía José Salmo, que me disparó y dejó en una silla de ruedas.
No lo condenan por tentativa de homicidio, como debería haber sido. Además tuve que esperar nueve años para esto. Sin embargo en algo estoy satisfecha. De más está decir que no por la forma de actuar de esta Justicia, siempre al servicio de los poderosos y los represores, sino porque producto de años de lucha en común con otros familiares de víctimas de la represión, organizaciones de trabajadores y estudiantes, y partidos que no comulgan con la represión y la impunidad, logramos revertir un fallo que dejaba a Salmo libre de culpa y cargo porque consideraba que había actuado “en cumplimiento del deber”, un verdadero aval legal para el accionar de gatillo fácil policial.
Para los que no conocen mi caso, Salmo, junto a otros dos policías, se puso a disparar en una calle llena de gente en Quilmes mientras perseguía a unos chicos que habían intentado robar una casa de comidas rápidas. Yo iba por esa calle porque hacía unos instantes había bajado del colectivo que me traía de la facultad. El policía me disparó. Luego me interrogó y palpó de armas mientras me desangraba en la vereda acusándome de ser campana del intento de robo. En un primer momento no se supo si podría sobrevivir. El fiscal general de Quilmes dijo en ese momento que “era peligroso cuestionar el accionar policial”. Más tarde, los jueces dijeron que Salmo había actuado “en cumplimiento del deber”. Lo absolvieron, y de esa forma avalaron el nefasto accionar del gatillo fácil. A los chicos, que no habían llegado a robar, les dieron veinte años. Corría el 2004. Con mis abogados compañeros del CeProDH decíamos que en Quilmes habían inaugurado la “República Blumberg”. Encima, a la cobertura legal que le habían dado los jueces al gatillo fácil, se sumó el voto favorable, incluso de los diputados kirchneristas, a todas las leyes represivas del ex ingeniero. De ahí en más la mayoría de los casos de gatillo fácil y torturas en las comisarías quedaron impunes y, lo que es peor, la cantidad de personas muertas en manos de la policía pasó de un promedio de 100 a 200 por año. La impunidad alimentó a la impunidad.
Por todo esto podemos decir que gracias a la lucha y a la movilización permanente llegamos hasta donde llegamos. Gracias al acompañamiento como el que tuve en la última marcha en la que se movilizaron más de quinientas personas. Por eso quiero invitarlos al acto que vamos a hacer el próximo lunes a las 8,30 en la estación de Quilmes, a minutos del inicio de la audiencia, para mantener esa presencia en la calle. Los invito a movilizarse no sólo por mi causa sino para ponerle un freno al gatillo fácil, a la represión que sufren los pibes, como la que vimos hace unos días en La Plata, y a la que sufren los trabajadores cuando salen a luchar. Si condenan a Salmo estaremos sentando un precedente contra la impunidad. Tengo la esperanza que así como en su momento la absolución de Salmo le dio carta franca al gatillo fácil, hoy una condena en sentido opuesto ayude a ponerle un coto a tanta muerte sobre nuestros pibes.
Por eso este lunes los invito a marchar con nosotros, más convencida que nunca de que, como decían las obreras de Brukman, si nos tocan a uno, nos tocan a todos.
Carla Sonia Lacorte, víctima del gatillo fácil e integrante del CeProDH