Represión e Impunidad

Lunes 30 de marzo de 2009

Emilio Eduardo Massera

El verdugo mayor de la historia

Asi califico Osvaldo Bayer a Emilio Eduardo Massera. “Es el asesino que más se distinguió por su depravación…”, dijo el estudioso de otros genocidios.

El 9 de diciembre de 1985 en el llamado “Juicio a los Comandantes” la Cámara Federal condenó a Massera a prisión perpetua, inhabilitación absoluta perpetua, accesorias legales, accesoria de destitución y pago de las costas. El 29 de diciembre de 1990, Carlos Menem, indultó esta pena a Massera mediante decreto 2741/90. El responsable del centro clandestino más grande de la Argentina, quedó libre.

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Asi califico Osvaldo Bayer a Emilio Eduardo Massera. “Es el asesino que más se distinguió por su depravación…”, dijo el estudioso de otros genocidios.

El 9 de diciembre de 1985 en el llamado “Juicio a los Comandantes” la Cámara Federal condenó a Massera a prisión perpetua, inhabilitación absoluta perpetua, accesorias legales, accesoria de destitución y pago de las costas. El 29 de diciembre de 1990, Carlos Menem, indultó esta pena a Massera mediante decreto 2741/90. El responsable del centro clandestino más grande de la Argentina, quedó libre.

En 2002, Massera ya contaba con algunos procesos abiertos (como el de apropiación de bebés), entonces el marino torturador de embarazadas consiguió que se declare su incapacidad y se suspendan los juicios. Nuevamente quedó libre.

El 25 de abril de 2007, ante el pedido efectuado por organismos de Justicia Ya!, la Cámara declaró la inconstitucionalidad del indulto a Videla y Massera y ordenó que vayan presos. Ello no se cumplió a pesar que incluso con relación a Massera se decía expresamente que si estaba insano, “no es motivo para excluirlo de los efectos de esta decisión... y se disponía la ejecución de la pena en establecimientos especiales de carácter asistencial médico y psiquiátrico para tal tipo de supuestos…”. Los defensores apelaron a Casación; la Cámara Federal se desentendió del asunto y Casación paralizó la causa. Otra vez quedó libre.

Pasó el tiempo y un juez italiano mandó un perito a analizar el estado de salud del genocida. Mientras los peritos argentinos daban cuenta que Massera no podía ser llevado a juicio, el italiano rápidamente comprobó que se encontraba lúcido y que había una evidente simulación en cómo respondía los test. Massera mentía para seguir gozando de impunidad, igual que Pinochet, igual que Bussi.

El viernes 13, nos presentamos en Casación exigiendo que inmediatamente se disponga la ejecución de la condena y se lo mande a una cárcel común.

Videla está desde hace unos pocos meses en la cárcel de lujo de Campo de Mayo por otras causas. Massera está en total libertad. Seguimos insistiendo: a 5 años y medio de anuladas las leyes de impunidad, el único integrante de la Armada que está condenado, sigue indultado y en libertad.




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