Los despidos en la empresa Cargo-Renault de Córdoba y la violenta represión en la puerta de esa fábrica pone de manifiesto la brutalidad y la saña con la que actúan los empresarios y el Estado, cuando los trabajadores comienzan a organizarse para luchar contra la precarización laboral y por recuperar derechos históricos.
Es que parte de las superganancias patronales provienen de los bajísimos salarios y agotadores ritmos de producción a los que están sometidos los trabajadores precarizados; que en sus distintas variantes sufren niveles diversos de explotación y opresión.
Los trabajadores en negro, que son casi la mitad del total de asalariados, además de contar con nulos derecho y seguridad social, cobran en promedio la mitad de los ya magros salarios de los trabajadores registrados.
A la vez, persisten los contratos “basura” y otras múltiples modalidades de fraude laboral como la tercerización (como las contratistas del Subte) o peor aún, como los telefónicos de los Call Center, que en su mayoría son tercerizados y trabajan bajo convenio de comercio.
Personalmente acompañé como abogado la lucha de Catering Word, tercerizada de limpieza, donde se logró que los trabajadores pasaran a Trenes Metropolitano (ex ferrocarril Roca), aunque todavía están bajo un convenio inferior.
En innumerables empresas (como el caso de Cargo) está prohibida toda actividad gremial, llegando a negarse con la complicidad de los sindicatos, el elemental derecho a tener delegados.
Es por esto que desde el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (Ce.Pro.D.H.) hace años venimos acompañando y defendiendo a luchadores que se destacaron por la defensa del sector mas oprimido de la clase trabajadora.
Es un gran orgullo para nuestro organismo de derechos humanos asesorar a los trabajadores precarizados de cientos de fábricas y empresas de todo el país.
Estamos debatiendo en el Ce.Pro.D.H. la propuesta de lanzar una gran campaña unitaria contra el trabajo precarizado. Poner en pie un movimiento en defensa y recuperación de nuestros derechos laborales. Además de ofrecer asesoramiento legal tenemos que plantearnos difundir y denunciar esta situación que el gobierno niega y los medios ocultan.
En lo inmediato la lucha de los trabajadores de Cargo deja muchas lecciones para el conjunto del movimiento obrero. Pero sobre todo plantea la cuestión de la unidad de los trabajadores en la fábrica. En los hechos, los trabajadores mecánicos y de otras tercerizadas de Renault (como los de limpieza) se solidarizaron y colaboraron con la lucha de los trabajadores de Cargo. Incluso espontáneamente, trabajadores de Renault se quedaban en la puerta a escuchar las asambleas de los de Cargo y les daban aliento.
Hay que dar un paso más en este sentido. A la división de los trabajadores, en un mismo lugar de trabajo, bajo distintos convenios y en diversos gremios, hay que enfrentarla realizando asambleas conjuntas e imponer organismos comunes de los delegados de “hecho” o de “derecho”. Esto permitiría formar un verdadero “comité de fábrica” de todos, aunque no se logre todavía un convenio único. Desde ya que esta pelea será contra las diversas burocracias que se benefician con la división, como quedó planteado en la lucha de Cargo.