ALEGATOS EN EL JUICIO CONTRA LOS REPRESORES DE MANSIÓN SERÉ - ALEGATOS COMPLETOS PARA DESCARGAR
“Estamos ante un plan sistemático, un genocidio”
Entre los días 7 y 8 de octubre se desarrollaron las audiencias de alegatos de las querellas en el juicio oral y público contra tres represores que actuaron en la zona Oeste del Gran Buenos Aires y en Mar del Plata. Son los genocidas César Comes e Hipólito Mariani de la Aeronáutica y Alberto Barda del Ejército. Los abogados de Justicia Ya! actuaron por las dos querellas del juicio, encabezadas por el actor Mario Galvano y por la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos. Reproducimos aquí extractos del alegato del Dr. Luis Bonomi del CeProDH. Se pueden descargas todos los alegatos completos entrando a la nota.
“(...) Los hechos que aquí se ventilaron y que lamentablemente no fueron públicos en beneficio de los imputados, formaron parte del genocidio perpetrado en la Argentina (...). Este genocidio se llevó a cabo como parte de un proyecto económico, político y social que tenía como objetivo cambiar la estructura del país y aumentar de manera significativa sus ataduras con los países imperialistas. Sin ir más lejos podemos escuchar en estos días cómo se disponen pagos al llamado Club de París, donde se están pagando los créditos tomados por la dictadura genocida. (...)
Los imputados César Comes e Hipólito Mariani son traídos a debate por una mínima parte de los hechos ocurridos en la Mansión Seré. En esta Sala quedó demostrado que ellos comandaron TODO un circuito represivo. (…) ¿Cuántos represores pasaron, para poder sostener centros de exterminio y tortura de estas características? Hemos escuchado en este juicio hablar de distintos represores que actuaron en este centro clandestino. (…) Nos preguntamos qué destino habrán tenido todos estos represores, muchos de ellos muy jóvenes en aquel momento. Nos preguntamos si seguirán integrando la Fuerza y si a este ritmo y con estas modalidades de juzgamiento alguna vez la justicia los alcanzará a todos.(…). Es el Estado el encargado de responder a estos interrogantes, abriendo los “archivos de la represión”, entregando las listas y los legajos de servicio de todo el personal de las Fuerzas Armadas, de Seguridad e Inteligencia que actuaron en la dictadura.
(…) De todos los hechos ocurridos en Mansión Seré se seleccionaron 8 casos para Mariani, 7 Casos para Comes (…). Y siendo éste el noveno juicio que transcurre con estas características de parcialización, ya no estamos ante criticables ejemplos aislados, sino que nos hace pensar en una práctica jurídica, que venimos sostenidamente denunciando como funcional a los intereses políticos: tanto de aquellos que pretenden mantener la impunidad absoluta, como de quienes pregonan que es suficiente con juzgar “algunos casos paradigmáticos”.
(…) Asimismo, juzgando en forma aislada, fraccionada, empezando siempre de cero, se requiere cada vez que los sobrevivientes digan lo que vivieron y sufrieron, como lo hizo Julio López identificando policías en su relato, como lo hicieron los testigos también aquí. (…) No hay protección a testigos posible con los genocidas en libertad. (...) se está poniendo en juego la vida y la libertad de las personas.
(…) Es por todo lo expuesto que solicitamos se revoque inmediatamente la medida que dispone la excarcelación, se ordene su detención hasta la sentencia, y que con las penas que se detallarán se los condene a una cárcel común y efectiva.
(…) No estamos analizando delitos comunes. Estamos ante un delito diferente, ante un plan sistemático, un genocidio. (…) Un párrafo del testimonio de la Sra. Cristina Guerra demuestra la intencionalidad política de los delitos cometidos (...): “Cuando hablo de genocidio digo genocidio porque fue perfectamente orquestado hacia un determinado grupo, los que militaban en organizaciones sociales, de trabajadores, había que exterminarlos. Recuerdo que el responsable de mi secuestro, Raviol, me dijo que la revolución en la Argentina no iba a existir porque ellos trabajaron para que por 30 años no ocurra (...)”. Este episodio relatado da cuenta de la planificación y conciencia plena en todos los niveles de las FF.AA. de los actos realizados como parte de un plan establecido a nivel país, en el cual a Comes y Mariani les tocó ser un engranaje fundamental de una única maquinaria genocida.
(…) El genocidio es un proceso que tiene distintas etapas, por ello, también se propagan las condiciones que impuso el genocidio cuando se mantienen los privilegios económicos que ese plan impuso, la precarización y flexibilización laboral, la desarticulación de las organizaciones obreras de base, la destrucción de la salud, la educación y la transferencia de ingresos a los grandes empresarios que se beneficiaron con el golpe. (…) En Argentina, el gran empresariado nacional y extranjero fue, junto con el Departamento de Estado Norteamericano, uno de los principales instigadores del golpe genocida de 1976. Se ha difundido la colaboración de los gerentes de Ford, de la Mercedes Benz, Peugeot, en la desaparición de delegados de sus plantas. Podría seguir dando ejemplos de la participación de empresarios en el genocidio perpetrado, como el caso del Ingenio Ledesma y la tristemente conocida Noche del Apagón en Jujuy.
(…) Estamos convencidos de que los delitos que cometieron deberían corresponderse con una CONDENA PERPETUA. Que a la hora de efectuar la acusación no podamos hacerlo es responsabilidad de cada uno de los que fragmentaron este proceso y de los que permitieron que así se desarrolle. Es consecuencia de estas causas que desdibujan y diluyen responsabilidades. (…) También se nos ha dicho que el delito de genocidio no contempla penas en el derecho interno. (...). Que esa reglamentación interna no se haya efectuado aún, (...) es imputable a este Estado, jurídicamente continuador de aquel que cometiera el genocidio (...).