¿Qué opinás de la condena que el TOC 5 de Quilmes le dio a Salmo?

Carla Lacorte: Hoy Salmo tiene una condena de 6 años y medio de cárcel. Le arrancamos a esta justicia una pena de cumplimiento efectivo. Los años que le dieron son bastante menos de los que pedimos. Incluso, y aunque parezca una locura, los jueces tomaron en cuenta como atenuante el testimonio de Salmo en el que, 9 años más tarde, lloró y dijo que entendía mi dolor. Al mismo tiempo, no tomaron como agravante el uso de arma de fuego para dejarme en esta condición. Demás está decir que vamos a apelar. Esta forma de actuar del tribunal confirma lo que dije antes de entrar a la audiencia final: si llegamos a una condena fue producto de la lucha junto a otros familiares de víctimas y un arco amplísimo de organizaciones obreras y estudiantiles y no por la bondad de la justicia, ni de ningún poder de este Estado al servicio de los poderosos. Esto es lo que rescatamos: dimos vuelta una absolución escandalosa, la convertimos en condena y logramos una pena de cumplimiento efectivo que puede ser un antecedente para otros casos de gatillo fácil impunes.

¿Por qué creés que este resultado de la lucha puede ayudar a revertir la impunidad en los casos de gatillo fácil?

CL: Porque deja un mensaje para la policía acerca de que si matan a un pibe hay condena. Aparte para que quede como mensaje para los jueces, garantes de esta impunidad junto al poder político, que cuando no alienta, tolera el gatillo fácil. Nosotros acabamos de revertir una sentencia escandalosa de 2004 que consideraba al gatillo fácil como “cumplimiento del deber”. Era en el auge de Blumberg y, junto a este fallo nefasto, salía el “combo” de leyes que reforzaban el poder policial votado por todos los bloques, incluidos los kirchneristas. Producto de fallos de este tipo y de estas leyes los casos de gatillo fácil y torturas en las comisarías se duplicaron de menos de 100 a más de 200 por año. La impunidad y la carta franca a la represión alimentaron la represión y la impunidad. Por eso creemos que estamos sentando un antecedente en sentido opuesto, para frenar la represión y la impunidad, en un momento muy particular en donde este problema se hace bien visible a partir de los sucesos de Bariloche, una muestra clara de lo que es el gatillo fácil. Es un panorama difícil, pero soy optimista. El año pasado vimos con la lucha de los obreros de Kraft una fuerza social que trascendió su reclamo y aglutinó a otros trabajadores, ocupados y desocupados, y estudiantes. Esa fuerza social creo que tiene, en perspectiva, el poder de acabar con la pobreza y el gatillo fácil. Mientras esa fuerza se desarrolla, tenemos que enfrentar juntos, los familiares de víctimas de la represión, los organismos de derechos humanos, las organizaciones obreras y estudiantiles, este genocidio que se ensaña contra los pibes del pueblo trabajador.

Justamente hablabas de Kraft, donde hay dirigentes procesados por el conflicto de 2009, o los estudiantes de la UBA que tienen un pedido de arresto por solidarizarse con esa lucha ¿Qué relación ves en estas formas de represión con las otras de las que venís hablando?

CL: El gatillo fácil es el terror en los barrios, más de tipo preventivo. Lo que vos planteás es la represión contra los trabajadores y estudiantes organizados. El caso extremo es el de Roberto Martino, dirigente del Movimiento Teresa Rodríguez, encarcelado en Marcos Paz por denunciar los crímenes del Estado de Israel contra la población de Palestina. La naturalización de la presencia policial en los barrios sirve para después reprimir a los que luchan. Por eso tenemos que enfrentar estas dos formas de represión y espero que lo que logramos sirva para eso.

¿Qué proponen desde el CeProDH contra el gatillo fácil y estas formas de represión?

CL: Todas las actividades de solidaridad con Bariloche, donde hoy se enfrenta al gatillo fácil. Junto a esto tenemos que impulsar formas de coordinación nacional contra todas las formas de represión. Acá en la zona sur estamos dando pasos con otros familiares de víctimas, organismos de DD.HH., centros de estudiantes y agrupaciones sindicales. Habría que ver si podemos ampliar esta instancia más a nivel nacional.