La marca de la impunidad
Los fallos que beneficiaron al empresario Chabán y la funcionara Alsogaray
La marca de la impunidad
Una vez más, se ha abierto un debate con relación a las garantías que debe contar el imputado de un delito y sobre el llamado “garantismo”, ahora con relación a la prisión preventiva.
Y una vez más, convoca a marchar a sus masas (finas) el inefable Blumberg, quién no se cansa de poner como ejemplo de “convivencia” al sanguinario imperio de Estados Unidos, el país con la tasa más alta de personas encarceladas.
Partimos de sostener que no apoyamos ninguna medida legal o judicial que aumente el poder represivo o de “control social” del Estado capitalista. Contrario sensu, bregamos por disminuir ese poder coercitivo. Porque no creemos que haya un Estado (con sus leyes, cárceles y demás instituciones) que sea neutral, que desinteresadamente arbitre sobre todos los conflictos e intereses. Si bien se presenta de ese modo, representa los intereses de una sola clase social. De ahí, que cuanto más herramientas represivas y de control posea, indefectiblemente ello se volverá contra las demás clases sociales, o sea contra los sectores populares, contra los trabajadores.
Por ello, abogamos por eliminar institutos como el de la prisión preventiva que se han convertido en una gran herramienta de control para un Estado que cada vez más empuja a sectores enormes de la población a la descomposición social y a la marginalidad .
Como ha trascendido estos días, miles de detenidos abarrotan las cárceles sin tener condena, es decir, cuando legalmente debería regir el principio de inocencia.
Mientras, los delitos de cuello blanco, los que cometen los poderosos (y solo ellos pueden cometerlos) gozan de la más plena impunidad. Como refleja Clarín del 29/05/05: "la corrupción sin condena"; no solo no se investigan o no se denuncian, sino, además, estos delitos son los que tienen las penas menores, aunque puedan implicar muertes, como la causa de malversación de fondos en el Hospital Posadas.
Evidentemente, esos no son los crímenes que preocupan al Ingeniero Blumblerg y al sector social que él representa. Por el contrario, militan para llenar las cárceles por ilícitos contra la propiedad, que son los cometidos por los sectores que se encuentran en el otro extremo social.
Dolo de lucro
Más allá de los argumentos que se hayan utilizado para la liberación de Chabán y Alsogaray -fundamentos que no se aplican a los presos de la Legislatura, en las causa contra los luchadores, en beneficio de los presos sociales, etc.- estos fallos son la muestra de que el régimen de impunidad sigue vigente en la Argentina. Exigimos el castigo efectivo para los delincuentes de guantes blancos como Alsogaray, que se quedó con los dineros públicos y coimas a cambio de entregar las empresas del país a las multinacionales que despidieron a miles trabajadores y superexplotan a otros tantos. Y para los qué, como Chabán, matan o ponen en riesgo a miles de personas también por un móvil de ganancia. El ansia de lucro de estos empresarios y sus funcionarios cómplices llevó a las 14 muertes obreras de Río Turbio y ¿dónde están los responsables?; lleva a que decenas de obreros mueran o sufran accidentes terribles en sus lugares de trabajo ¿por qué no hay uno solo preso?. La respuesta es que la justicia, de este Estado, no es neutral. Defiende esos intereses.
Tal vez por eso, somos escépticos que sólo por vías legales se logre la condena de Chabán por "dolo eventual", pues de sentarse esta jurisprudencia, cabría la prisión efectiva para los empresarios y funcionarios asesinos de Río Turbio y ante cada empresario que mata por no invertir en medidas de seguridad.
La necesidad de movilizarnos es una realidad concreta
Le negamos a esta justicia que ampara a ricos, genocidas y corruptos el derecho a juzgar a los hijos del pueblo. Desde el CeProDH peleamos por la libertad de los presos políticos de la Legislatura y de todos los presos sin condena y por la más plena vigencia de las libertades democráticas.
No apoyamos ninguna medida que fortalezca el poder coercitivo estatal, por eso no marchamos antes y no marcharemos ahora con Blumberg. Denunciamos el cinismo de la derecha y de los medios basura que aprovechan la oportunidad para cargar contra las libertades públicas, levantando “el fantasma” del garantismo, puesto que nuestra crítica a los “garantistas” es porque no creemos, precisamente, que el garantismo sea garantía de respeto de las libertades democráticas; porque dentro del orden establecido, que cuenta con el monopolio de la fuerza, el respeto de las garantías individuales de las grandes masas nunca va a ser plena; y porque para defender una causa partimos de la legitimidad de la misma antes que de los derechos y garantías consagrados en la Constitución y las leyes (legalidad). Las libertades democráticas se defienden, con lucha, con movilización, con organización de los sectores combativos.
Así, también para terminar con la impunidad de los funcionarios como Alsogaray, de los empresarios como Omar Chabán o Sergio Tasselli, tenemos que movilizarnos y organizar una dura pelea, porque lo que hoy por presión dan, mañana por defensa de clase quitan.
Myriam Bregman, abogada, CeProDH