Durante la jornada del 29 de Septiembre, se volvió a confirmar que los militares que declaran siguen manteniendo el pacto de silencio, que mantiene a miles de ellos impunes.

Lamentablemente, muchos de los participes del genocidio, y que deberían estar imputados, son citados como “testigos” a este juicio, permitiéndoles que “cuenten su verdad”, como si fueran meros espectadores. Esta lógica, de que sus palabras sirvan “como prueba” termina siendo funcional a la impunidad. En primer lugar, porque es claro que no dicen todo lo que saben, porque eso los mostraría como parte del genocidio, lo que termina demostrando que desde el punto de vista probatorio no aportan absolutamente nada. Pero lo mas grave es que se les permite, mediante sus “testimonios” escuchar la supuesta verdad de los genocidas.
Desde la querella del CeProDH confiamos únicamente en la verdad de los compañeros y compañeras y creemos que sus testimonios son prueba suficiente para que después de 32 años se condene por fin a estos genocidas.

Así uno de los “testigos” del día 29 fue ni mas ni menos que un integrante de plana mayor del Batallón de Ingenieros 181, donde función La Escuelita : Aníbal Araujo, militar retirado impune en el año 1990. ¿Que fue lo que aporto? La verdad de los genocidas, dijo Araujo: “muchos no quieren creerlo pero acá hubo una guerra”. La defensa de los milicos contenta vociferaba a cada instante “que conste en acta”-
Desde la querella del Ce.Pro.DH solicitamos que se lo investigue por el delito de falso testimonio que incluye “el callar u ocultar la verdad”, y como integrante de la plana Mayor del Batallón sabia mucho mas de lo que quiso contar, callando una vez màs fiel al pacto de silencio.

“Teníamos que cuidar que todos vayan a su trabajo” contó otro militar retirado que fue comisionado en los inicios del golpe genocida a viajar a Villa Regina para “garantizar el libre acceso a Moño Azul y el matadero”, “la función era garantizar que la gente fuera a trabajar”, esto lo hacían uniformados. Está claro que la tarea encomendada era garantizarle las ganancias a las patronales -en palabras del “testigo”- “liberarlos de tumultos”-

Testigos del horror

Declararon ambos días hombres que hicieron el servicio militar obligatorio en el Batallon de Ingenieros entre 1976 y 1979. Dieron cuenta del horror de “ La Escuelita ”, de haber escuchado tiros y gritos aterradores; y uno de ellos de haber visto a militares, cargando cuerpos de personas muertas.
Testigos como Vera Urrutia contaría acerca del funcionamiento del Centro Clandestino…” La logística de la Escuelita , el funcionamiento operativo se realizaba de adentro del batallón, la comida salía del comedor, venian los suboficiales con unos baldes, de aluminio grande y llevaban la comida al batallón. El Sr. que estaba en el comedor Torino, no puede desconocerse algo que pasado el tiempo se hizo publico- los soldados conocíamos, observábamos, había diferentes tipos de comentario, actitud critica, de temor y adhesión, se arengaba “….

Oscar Landaeta ratificó ayer ante el Tribunal que una noche cuando hacía guardias en las cercanías escuchó muchos disparos que venían del centro clandestino y que, contrariamente a lo que le aconsejaron sus compañeros de guardia, se arrastró unos 20 metros , cuerpo a tierra, hasta que llegó al lugar….“Como advertí la actividad nunca supimos bien, el hablar de “La escuelita” era un poco reservado, pero si en una ocasión desobedeciendo las ordenes de los suboficiales y oficiales, cambie el puesto de mi compañero porque sentía tiros, el cual me dijo si te agarran los milicos te van a cagar matando, yo me arrastre y fui igual, y allí vi como en un Unimog subían entre tres militares a tres personas muertas…”
Señaló también que tuvo de estar en " La Escuelita " cuando a el y otros conscriptos mandaron a desmantelarla…. “A nosotros nos llamaron a la compañía un mediodía y nos llevaron a ese lugar a desmantelar la escuelita- un grupo de los 10 soldados elegidos nos llevaron al interior que fue la segunda vez que entre- en las paredes había mucha sangre- en el centro había un gancho. Me toco sacar un tipo de fardo de pasto y sacar ropa con mucha sangre- dentro de ese pasto estaba la sangre, no puedo saber si era humana o no- las paredes las pintaron varias veces porque era sangre humana y no la podían tapar- el soldado que mas trabajo tuvo fue el de tapar la sangre…”...” había que dejarlo sin ningún tipo de evidencia como si estuviese liso…”.
También con la voz entrecortada el testigo Daniel Tejedor, ex conscripto relataría también lo que todos escuchaban en el Batallón, los gritos de personas, y tiros por doquier…” Se escuchaban gritos a la noche, yo en una guardia le pregunte a un suboficial y el me contesto que en una chacra aledaña vivía un loco de la guerra mundial y que provenían de ahí los gritos y no hiciéramos mas preguntas”

CARCEL COMUN Y PERPETUA POR GENOCIDIO A TODOS LOS MILICOS Y PARTICIPES CIVILES
APERTURA DE LOS ARCHIVOS DE LA DICTADURA
APARICION CON VIDA DE JORGE JULIO LOPEZ

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