Diario Clarín - 11 de noviembre
Protestas en un juicio oral por la absolución de un policía
Hubo insultos y gritos de familiares y amigos de la víctima, que abandonaron la sala. En la misma audiencia tres ladrones fueron condenados a 16 y 17 años.
Los gritos e insultos contra el Tribunal Oral Nº 3 retumbaron entre las cuatro paredes de la sala de audiencias. A pesar de eso, los tres jueces no se inmutaron. Al cabo de unos segundos el presidente del tribunal ordenó a la Policía que desalojara la sala, aunque ya no hacía falta. Carla Lacorte, su familia y sus amigos se retiraron sin provocar disturbios pero indignados por lo que acababan de oír.
Segundos antes el secretario del tribunal había leído una frase de los fundamentos que alteró a todos: "Queda acreditado que el balazo que hirió a Lacorte fue accidental". Carla Lacorte es la joven de 28 años que el 1º de julio de 2001 quedó en medio de un tiroteo entre policías y ladrones que acaban de robar un local de McDonald’s en Quilmes. La chica recibió un balazo en la espalda y quedó parapléjica.
La bala que la hirió había salido de la pistola del ex oficial de la Bonaerense José Ignacio Salmo.
Salmo llegó a juicio en libertad, aunque ayer no se presentó para escuchar la sentencia. Fue juzgado por el delito de "lesiones gravísimas culposas" (sin intención) y ayer fue absuelto. Lacorte no escuchó la absolución: se había ido de la sala de audiencias 40 minutos antes, indignada y con los ojos llenos de lágrimas.
"Los jueces están legitimando el accionar del gatillo fácil. Dentro de pocos días Salmo va a volver a tener un arma en la mano", dijo Carla mientras trataba de avanzar con su silla de ruedas entre un sinfín de micrófonos y cronistas para salir de los tribunales de Quilmes.
Los jueces Armando Topalian, Alicia Anache y Luis Gil Juliani entendieron que la bala que salió del arma de Salmo, según distintos peritos, rebotó en un objeto metálico y después hirió a Lacorte. Para ellos, el policía no puso en riesgo la vida de terceros.
Durante el debate también fueron juzgados tres de los cuatro ladrones que asaltaron el McDonald’s: Alejandro Herrera y Juan Medrano recibieron penas de 17 años de prisión y Pablo Garro fue condenado a 16 años, por cuatro hechos de robo agravados, resistencia a la autoridad, tenencia ilegal de armas, entre otros delitos.
Todo ocurrió el 1º de julio de 2001 a las 22.45 en el local de McDonald’s que está en Brandsen y Mitre, en Quilmes. Cuatro asaltantes llegaron en un Peugeot 206 y pararon en el estacionamiento. Tres ellos se bajaron y uno se quedó en el auto.
Entraron al local y uno de los asaltantes redujo al vigilador. Los otros dos fueron hacia las cajas registradoras y amenazaron a los empleados. Como no pudieron abrir las cajas registradoras, decidieron arrancarlas del mostrador y escaparon. Pero afuera, en una estación de servicio que está al lado del local, había tres policías de civil cargando nafta a un Fiat 147.
Uno de ellos, según testigos, dio la voz de alto y los ladrones dispararon. Se produjo un fuerte tiroteo en el que Carla Lacorte fue herida. La chica acababa de bajar de un colectivo. El disparo le fracturó la quinta vértebra y le lesionó un pulmón y la médula.
Según ella, cuando cayó herida los policías la maltrataron pensando que ella había sido "campana" de los ladrones. Garro intentó huir en el auto que habían llegado, fue herido por los policías y luego detenido. Medrano y Herrera fueron arrestados más tarde en una casa en la que tomaron como rehén a una mujer y a su hija durante siete horas. El cuarto ladrón logró escapar.
La querella había pedido 12 años de prisión para Salmo por el delito de tentativa de homicidio. La fiscalía, en cambio, había solicitado cinco años por el delito de "lesiones gravísimas con dolo eventual". Pero los jueces absolvieron al policía. Para Lacorte, que seguirá en silla de ruedas por el resto de su vida: "Hay un Poder Judicial que está al servicio del gatillo fácil".