Juicio a 8 Genocidas en Neuquén. Jornadas del 27 y 28 de Octubre.
“Que sean juzgados todos los genocidas por todos los compañeros”
Enrique “Cachito” Fukman, testigo en el juicio a 8 genocidas en Neuquén ofrecido por la querella del CeProDH, relató su secuestro y los 15 meses de cautiverio que paso en la ESMA , explicando a todos los que estábamos presentes que seguramente lo que él contaba les sonaría conocido, porque era lo mismo que tuvo que vivir cada uno de los compañeros aquí en la región del Alto Valle, como en todo el país.
Enrique “Cachito” Fukman, testigo en el juicio a 8 genocidas en Neuquén ofrecido por la querella del CeProDH, relató su secuestro y los 15 meses de cautiverio que paso en la ESMA , explicando a todos los que estábamos presentes que seguramente lo que él contaba les sonaría conocido, porque era lo mismo que tuvo que vivir cada uno de los compañeros aquí en la región del Alto Valle, como en todo el país.
Desde ese lugar, explicó que “los juicios estos son importantes porque el que se este enjuiciando a los genocidas llevan a que nos preguntemos por que paso lo que paso, eso significa recuperar nuestra historia (…) creemos que así como hacerlos significa un avance, la forma que se están haciendo esto no es la mas correcta, porque se juzga a algunos genocidas y no a todos, vamos a decir esta gente toda no pudo hacer todo esto; en Tucumán se juzgan un par de casos, pero ni Menendez, ni Bussi son juzgados por los obreros, docentes, estudiantes universitarios. Lo mismo pasa en cada uno de los lugares, se juzga a una parcialidad y no una totalidad, el problema es que así se pierde de vista el concepto del Genocidio, se pierde esa visión que hubo un genocidio y ese genocidio se irradia hasta nuestro presente. Esto consideramos que hay que cambiar y que sean juzgados todos los genocidas por todos los compañeros.”
Cachito, también explico que esta política del gobierno K de desmembrar las causas, trae problemas para las víctimas: “Uno ya no quiere declarar mas, en la Conadep , en el Juicio de las Juntas, ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, ante la Marina que me había secuestrado, en juicios particulares de la ESMA , en España ante al Juez Garzon, y en la causa Febres. Y el único que fue condenado por mi secuestro solo fue Lambruschini, le dieron 8 años en el Juicio a las Juntas, por lo tanto uno se pregunta ‘cuantas veces mas tengo que declarar’, los compañeros cuantas veces tienen que declarar ante ustedes, la cantidad de veces se vuelve costosa para uno…” Y consideró que ello se vuelve mas terrible aún cuando a la Justicia le “cuesta” creerle a las víctimas: “es tremendo, porque nosotros venimos denunciando esto hace treinta años, a los compañeros de la ESMA los dormían, los subían en aviones y los tiraron al mar, y recién lo creyeron cuando Scilingo lo dijo, es tremendo porque hasta que no lo dijo el victimario no se toma esto…”
Por último Fukman explicó las consecuencias actuales de esa política: “se me viene a la cabeza la cara de Julio López; Julio era parte de la querella en Justicia Ya! en el primer juicio. Después de dos años de su desaparición alguien puede preguntar ¿qué tiene que ver esto? es que Julio fue secuestrado y en ese momento -y hoy en día-, recibimos la misma respuesta que recibían las madres y los padres en la época de la dictadura, nos decían se habían ido a Europa, hoy nos dijeron se habrá perdido, se habrá ido a tomar el te a lo de la tía, cinco días después que había desparecido.”
Albañil, víctima del genocidio, siempre compañero
¿Cómo describirlo? Sergio Méndez, albañil secuestrado en el “Operativo Cutral Có”, con sus 72 años ha estado desde el primer día del Juicio en las puertas del Tribunal acompañando, dando fuerza a las otras víctimas que una a una dan su valiente testimonio. Méndez, no veía la oportunidad de decir su eterna verdad aunque su caso no se juzga en este Juicio, pero, como dijo al jurar, es por “los 30.000 desaparecidos”.
Con una actualidad inconfundible, fue contando “siempre trabaje en la construcción, me case a los 25 años crié seis hijos, luego de caminar unos años en la construcción me doy cuenta que la explotación a mi persona era un 75%, yo no me pude jubilar porque mis patrones nunca me hicieron los aportes, luego transcurriendo los años un trasnochado de la construcción avalan una ley en la dictadura de Ongania, les permite tomar mis servicios a la mañana y despedirme a la tarde… el trabajo de la construcción siempre fue golondrina, que no tuviéramos antigüedad.”
“Yo tuve tres enemigos de los que tenia que defender mis derechos: el patrón que me explotaba, los servicios de inteligencia que me presentaban en la obra, y la burocracia sindical, que hasta la actualidad están, cuando me di cuenta de eso, yo me creo ser el niño rebelde, esos motivos di, esos pecados cometí para que el 14 de junio de 76 a las 9 de la noche tuviera una visita inesperada en mi casa, trabajaba en una obra de la empresa Sopi… golpean la puerta, no un golpe acostumbrado, cuando mi señora abre la puerta fue a la primera que le pusieron una pistola en la cabeza, gente encapuchada, decía somos de las Tres A. se meten para adentro, con una pistola y me sacan para afuera, mi hijo le dice milicos hijos de puta donde me llevan mi papito, lo tiraron al chico a las patadas…”
Una vez mas Genocidas y cómplices disfrazados de testigos.
Los estremecedores testimonios de Fukman y Méndez, pese a su crudeza y dolor, casi fueron una bocanada de aire fresco con su verdad, la única verdad, la de nuestros compañeros; ya que desde hacía varias jornadas venían pasando disfrazados de testigos Genocidas y cómplices que sólo vinieron a mentir.
Esta situación se volvió a repetir en estas audiencias, entre otros, con Segundo Molina, radio operador de inteligencia de la Federal y al que solicitamos se lo investigue por falso testimonio, que -como se ha vuelto “costumbre”- no mereció mas que un “téngase presente” de parte del Tribunal.
Grosero resulto el testimonio de Oscar Martín, personal civil de inteligencia del Ejército, quien señalo conocer a todos los imputados porque fueron sus Jefes y afirmó que él mismo hacía inteligencia recopilando información de los diarios sobre “cosas importantes” “noticias gremiales, políticas, sindicales”, “por ejemplo un paro de la UOCRA ”.
Resultó indignante escucharlo decir que “el hecho de trabajar para persona que había sido secuestrada, mi situación era delicada porque me podían mirar mal”, mientras con intentaba despegarse de las desapariciones de “Oscarcito” Ragni (hijo de Oscar e Inés) y de Jorge Domínguez, con quienes trabajaba (en el Estudio de Arquitectura de Domínguez) cuando fueron secuestrados y al día de hoy continúan desaparecidos.
Desde el CeProDH pedimos se lo investigue por su participación en el Genocidio y, particularmente, en el secuestro de Oscar Ragni (h).
Al finalizar las jornadas de esta semana, vivimos una lamentable situación, un ex militar, Elio Paglione, fue convocado a dar testimonio en relación al caso de Oscar Ragni (h), negó descaradamente conocer a Oscar Ragni padre, a quien le había afirmado tener información de “Oscarcito” poco tiempo después de su secuestro, ya que mantenía lazos sociales con sus ex camaradas de armas.
En una muestra de su camaradería e identificación ideológica con los genocidas, le dijo a Oscar “ha tenido 30 años para estudiar y preparar todo esto que esta diciendo” en el careo al que fueron sometidos.
Al termino de esta situación, desde la querella del CeProDH, pedimos se lo investigue por Falso Testimonio a Paglione. Luego de 32 años de lucha no nos queda ninguna duda: la única verdad es la de los compañeros y compañeras sobrevivientes del genocidio, sus familiares y personas que los rodearon.
Por eso seguimos dando la lucha conjunta, en las calles y en los Tribunales, para que se condene a perpetua por Genocidio y en cárceles comunes.