XENOFOBIA Y PERSECUCIÓN POLÍTICA EN EL COLEGIO ALEMANIA
En los días en que en Bolivia el pueblo y los trabajadores de sublevaban, en el Colegio Alemania de Villa Ballester a Ariel Mastandrea, delegado del Centro de Estudiantes, se pretendió expulsar por pegar afiches de solidaridad con la lucha del pueblo boliviano, aduciendo “medidas disciplinarias”.
El jefe de preceptores, Sr. Pérez, lo increpó con argumentos de desprecio y odio, diciendo que los bolivianos "venían a la Argentina, se robaban el trabajo de los argentinos y se llevaban la plata para su país" y le dijo que quedaba libre, que no podía ingresar al establecimiento porque no quería “una escuela politizada”. Cuando Ariel solicita una entrevista con el Sr. Valeriano, el regente del colegio, para aclarar su situación y los dichos de Pérez, aquel ratifica la veracidad de los dichos de Pérez y agrega “Bolivia y los bolivianos siempre fueron un país de mierda (sic) dejado de lado, la vergüenza de Latinoamérica, porque nosotros somos europeos (...)” . No les faltó decirle “zurdo de mierda” ni la aceptación lisa y llana de que se trataba de una “persecución política” y que el problema era que Ariel “se preocupa por la comunidad boliviana” y que “habla de Brukman.”
Estos gravísimos hechos de xenofobia, persecución y discriminación motivaron una denuncia, en la que el CeProDH acompañó a Ariel, por persecución política y actitudes xenófobas ante el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo). Se inició una campaña de repudio, con una acto en la puerta del colegio, que tuvo repercusión en la mayoría de los medios nacionales; integrantes de la comunidad boliviana y docentes manifestaron su preocupación frente a estos episodios. Gracias a esto se logró que Ariel pueda seguir cursando y la separación preventiva de Valeriano y Pérez de sus cargos.