Sábado 22 de marzo de 2003

b) CELESTE, EL COLOR DE LAS MUJERES

Por Andrea D’Atri, Publicado en la Red Informativa de Mujeres de Argentina

Quizás cuando eran pequeñas vestían de rosa, con lazos en las trenzas y polleras que no les dejaban mostrar las rodillas.
Quizás, inclusive vistieron de rosa a sus bebés niñas, creyendo que era lo correcto y respetando la tradición heterosexista que impone que hay colores adecuados para nenas y otros para nenes.
Pero ahí las vimos, guardapolvos celestes y ojos brillantes, puños en alto y voces encendidas, defendiendo su fuente de trabajo y yendo por más.
Las vimos hablando por el micrófono ante casi 1000 obreros y obreras, desocupados y desocupadas, estudiantes y asambleístas proponiendo la unidad de la clase obrera, la perspectiva de una lucha nacional por la expropiación de toda fábrica que cierre, el reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados por el mismo salario en base a un plan de obras públicas...
Las vimos defendiendo a rabiar su proyecto de un periódico obrero que llegue a cada rincón del país, de todas las fábricas, de todos los movimientos de desocupados, de todos los barrios...
Las vimos discutiendo acaloradamente por la independencia de la clase y en contra de estas elecciones que les resultan una farsa porque las saben montadas sobre el asesinato de sus hermanos Darío y Maxi, porque las saben preparadas para que no se vayan todos, ni siquiera algunos...
Las vimos cantando emocionadas que ya se ve, que ya se siente, ahora, ahora, una coordinadora, una coordinadora nacional de todos los que están luchando...
Las vimos participando en la Comisión de la Mujer, compartiendo sus experiencias con otras mujeres dirigentes sindicales, delegadas, desocupadas, activistas estudiantiles, asambleístas y resolviendo sin dubitaciones que las mujeres debemos oponernos a la guerra imperialista contra Irak...
Las vimos conversando sobre el aborto clandestino, la falta de un plan de salud que contemple los derechos reproductivos, los salarios inferiores de las mujeres por el mismo trabajo que los compañeros varones, la violencia que sufrimos en todas sus formas como el abuso sexual, las violaciones, los golpes y las palizas...
Son las mujeres que han tomado en sus manos la producción de cerámicos y la producción de sacos y pantalones.
Son las mujeres que han demostrado que los patrones no son necesarios para poner a funcionar una fábrica.
Son las mujeres que han demostrado que toda la riqueza del país está en las manos de su clase.
Son trabajadoras que ya no sé qué opinan del color rosa, porque en realidad, en el último año cambiaron sus opiniones y su vida al calor de las luchas y las movilizaciones.

Visten de celeste. Aquí están, éstas son las obreras de Brukman y Zanon.