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Para Milei, todo tiene un precio: recibió un millón de dólares por apoyar el genocidio palestino
12 de junio, por El sionismo “garpa” — Política, Gaza, Principal2, Libertades Democráticas, Israel, Benjamin Netanyahu, Ejército israelí, Sionismo, Edición México, Javier Milei, Política, Gaza, Principal2, Libertades Democráticas, Israel, Benjamin Netanyahu, Ejército israelí, Sionismo, Edición México, Javier MileiTras firmar un memorandum con el criminal Netanyahu, el presidente recibió el marginal “Premio Nobel Judío”, acompañado de una fortuna. “Mis opiniones las cobro”, había dicho Milei antes de ser presidente. Mientras, decenas de miles de activistas de todo el mundo comienzan desde Egipto la Marcha Global a Gaza para denunciar el genocidio y solidarizarse con el pueblo palestino.
“Mis opinions (sic) las cobro, claro que cobro mis opinions”, dijo en 2021 Javier Milei durante una entrevista en Radio Con Vos. Era diputado y aún no aparecía siquiera en el horizonte su candidatura presidencial. Cuatro años después, esa definición ya no es lo inocua que parecía entonces. Sobre todo luego de la megaestafa de la cripto $LIBRA, de la que fue promotor y, probablemente, beneficiario directo.
Pero esa misma afirmación puede extender a otros planos. Por ejemplo, a sus “opinions” sobre política internacional, donde parece que también está dispuesto a cobrar buenos dividendos por posicionarse en favor de cuestiones tan profundas como un genocidio basado en la limpieza étnica de una población entera.
En su último día de visita al Estado genocida de Israel, el presidente argentino fue galardonado por la Fundación Genesis Prize con el Premio Génesis , considerado por el sionismo como el “Premio Nobel Judío”. Fue este viernes en una ceremonia realizada en el Museo de la Tolerancia de Jerusalén, donde los organizadores justificaron el reconocimiento por la supuesta “lucha contra el antisemitismo y el terrorismo internacional” de parte del líder de La Libertad Avanza. Es la primera vez que esa fundación entrega el marginal “premio” a un jefe de Estado.
Pero no sólo se trata de una estatuilla. También en ese evento hubo un factor económico nada menor. Desde el propio entorno presidencial confirmaron que el “premio” está acompañado de “un significativo aporte financiero”. Nada menos que U$S 1 millón, aproximadamente $ 1.200 millones a cotización actual. Una suma que, dicen, surge de una colecta de organizaciones vinculadas al gobierno de Netanyahu y diversas corporaciones empresarias.
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Milei les habría prometido a quienes le entregaron el Premio Génesis que no se quedará personalmente con esos fondos, sino que los donará para “financiar una campaña contra el terrorismo y el antisemitismo en América Latina”. Así, intenta emular lo hecho en anteriores ocasiones por otros premiados, como Steven Spielberg y Michael Bloomberg.
Según las fuentes, buena parte de ese dinero podría ir a parar al financiamiento de un “programa de integración” entre Israel y América Latina que se llamaría Acuerdos de Isaac, en “homenaje” a los Acuerdos de Abraham impulsados por Donald Trump en su primera presidencia y continuados por Joe Biden. Esos acuerdos entre Israel y diversos países árabes buscaban “normalizar” las relaciones diplomáticas entre regímenes políticos de Medio Oriente, dejando deliberadamente de lado la cuestión palestina.
Los Acuerdos de Isaac son, lisa y llanamente, la búsqueda de profundizar los lazos de colaboración y dependencia de gobiernos latinoamericanos con el sionismo internacional. Camuflados tras las banderas del fomento del “libre comercio” y la “cooperación en seguridad”, se trata de programas de financiamiento a iniciativas de apoyo y “solidaridad” con el Estado genocida de Israel. ¿Algo bueno pueden traer para el pueblo trabajador argentino esos acuerdos? Claro que no.
El Premio Génesis aporta otro elemento de interés. ¿Quiénes son los verdaderos financistas que hicieron la “vaquita” del millón de dólares?. No se sabe. La transparencia en el financiamiento de las actividades de la Fundación Genesis Prize brillan por su ausencia. Como casi todo lo que rodea a les hermanos Milei y sus secuaces.
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El recibimiento del “Premio Nobel Judío” es el corolario de la visita de Milei al cada vez más aislado gobierno de Netanyahu, ejecutor de una de las masacres humanitarias más crueles de la historia reciente. En la reunión que tuvieron en el lujoso hotel cinco estrellas King David, cercano al Muro de los Lamentos, ambos mandatarios firmaron un “Memorando de la Democracia y la Libertad”, en el que trabajaron previamente el canciller Gerardo Werthein (megaempresario socio de Luis Majul en la radio El Observador) y el embajador Wahnish Wahnish (rabino personal de Milei). Se da por descontado que tras ese memorandum también hay multimillonarios intereses.
La perversa ironía no puede ser mayor. Como se dijo en otra nota, que un genocida como Netanyahu, que tiene limitada la salida de su país ya que la Corte de la Haya pidió su captura internacional por sus crímenes de guerra, y un progenocida como Milei, apologista del terrorismo de Estado en su propio país, firmen un papel en nombre de la “democracia” y la “libertad”, sería un mal chiste si no fuera una afrenta temeraria contra quienes luchamos por la verdadera libertad y los derechos fundamentales de la humanidad.
Mientras en Tel Aviv la comitiva mileísta se preparaba para viajar a Europa luego de tres días de estadía israelí, en Egipto decenas de miles de activistas de derechos humanos, políticos, sociales y culturales se aprestan a iniciar la Marcha Global a Gaza. Convocada por ONG de todo el planeta, la movilización internacional solidaria con el pueblo palestino partirá desde El Cairo y bucará abrir un corredor humanitario en el paso fronterizo de Rafa.
Entre las figuras argentinas que marcharán en dirección a Gaza se encuentran Luca Bonfante y Patricio del Corro, dirigentes del PTS-Frente de Izquierda y corresponsales de la Red Internacional La Izquierda Diario. Allí viajaron junto a compañeres de Brasil y el Estado español, estos últimos deportados por las autoridades egipcias apenas pisaron el Aeropuerto Internacional de El Cairo. Ya son varias las delegaciones retenidas y expulsadas, provenientes de diversas latitudes. Un valioso aporte del gobierno egipcio a los intereses de Netanyahu.
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El lunes, mientras Milei y compañía llegaban a Tel Aviv, el gobierno sionista ejecutaba otro atropello a los derechos humanos elementales. Tropas del Ejército israelí abordaron violentamente en aguas internacionales a la Flotilla de la Libertad, deteniendo a los doce activistas humanitarios que se dirigían a Gaza. Entre los tripulantes estaban la activista sueca Greta Thumberg y la la eurodiputada francesa Rima Hassan. La primera fue deportada y enviada a Francia, en tanto que a Hassan la mantienen “aislada” tras haber escrito “Palestina libre” en una pared de la prisión Givon.
El jueves, al dar su discurso protocolar ante el Knesset (parlamento israelí) Milei hizo referencia a la detención de Thunder. Con su habitual sobreactuación, llamó a la joven sueca “mercenaria exactivista climática” y la acusó de repetir lo que le dicta “la izquierda internacional”. Milei ya sabía que un día después recibiría un millón de dólares acompañado de una ordinaria estatuilla de color azul. Sin dudas, el presidente argentino no tiene nada de democrático ni la libertad de los pueblos es algo que le preocupe. Y tampoco hay dudas de que, para el sionismo genocida, sus “opinions” cotizan.
Javier Milei y Banjamin Netanyahu | Foto Oficina del Presidente
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El Poder Judicial: una institución antidemocrática con privilegios de casta
11 de junio, por Fallos a pedido del poder — Política, Libertades Democráticas, Cristina Fernández de Kirchner, Columnistas Vertical , Poder Judicial, Corte Suprema de Justicia de la Nación, Política, Libertades Democráticas, Cristina Fernández de Kirchner, Columnistas Vertical , Poder Judicial, Corte Suprema de Justicia de la NaciónLa condena a Cristina Fernández de Kirchner en la causa Vialidad es la culminación de una persecución judicial para proscribirla políticamente, ignorando la corrupción estructural del sistema. La CGT debe llamar a la movilización contra este fallo antidemocrático. Voto popular para los jueces y que ganen como una docente.
El Poder Judicial, históricamente funcional a los poderes económicos y a los gobiernos de turno, vuelve a mostrar su carácter antidemocrático. El reciente fallo contra Cristina Fernández de Kirchner –una condena política bajo el ropaje de "anticorrupción"- expone el lawfare en acción: la manipulación de la Justicia para eliminar adversarios. Mientras la Corte actúa con celeridad para inhabilitar opositores, archiva causas contra empresarios y funcionarios macristas.
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Los jueces que condenaron a Cristina Fernández de Kirchner en el juicio por la causa Vialidad en diciembre de 2022 fueron: Jorge Gorini (presidente del Tribunal Oral Federal N° 2), Rodrigo Giménez Uriburu, Andrés Basso.
El Tribunal condenó a CFK a 6 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, declarándola penalmente responsable de administración fraudulenta en perjuicio del Estado por favorecer a Lázaro Báez en la adjudicación de obras viales en Santa Cruz.
Los jueces absolvieron a otros imputados claves, como Julio De Vido, y descartaron la figura de "asociación ilícita" que los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola habían impulsado. Esta inconsistencia revela que el verdadero objetivo nunca fue investigar la corrupción, sino golpear políticamente al kirchnerismo.
El fallo se dio en medio del escándalo por las filtraciones ilegales que expuso la connivencia entre jueces, empresarios y funcionarios macristas, como Julián Ercolini, uno de los impulsores de la causa. Además, se confirmó que las pruebas fueron obtenidas mediante espionaje ilegal, un método que el Poder Judicial usa con frecuencia para armar causas penales.
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Mientras Cristina es condenada, ningún funcionario del gobierno de Mauricio Macri ha sido judicialmente responsabilizado por los megaescándalos de corrupción de su gestión (como los cuadernos de las coimas, las escuchas ilegales que ordenó o los favores a empresarios amigos). No se avanzó, tampoco, en investigar los vínculos entre jueces y el poder económico, tal como quedó en evidencia con el viaje de jueces, fiscales y funcionarios del gobierno de Mauricio Macri a la estancia del magnate Joe Lewis en Lago Escondido.
Entre los participantes de aquella reunión figuraron los jueces Julián Ercolini, Carlos Mahiques, Pablo Cayssials y Pablo Yadarola; el jefe de los fiscales de la Ciudad, Juan Bautista Mahiques (hijo de Carlos); el entonces ministro de Seguridad porteño, Marcelo D'Alessandro; el empresario especialista en campañas digitales Tomás Reinke; y el exjefe de legales de la AFI, Leo Bergroth.
Todos ellos llegaron en un avión privado al aeropuerto de Bariloche y fueron trasladados hasta la estancia en vehículos habitualmente utilizados por Lewis. El encuentro expuso la trama de poder, lawfare y garantía de impunidad para Mauricio Macri, mientras la justicia avanza con condenas selectivas contra el kirchnerismo.
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Poder Judicial: la aristocracia del régimen burgués
Dentro de la propia democracia burguesa, el Poder Judicial es el más antidemocrático de los poderes del Estado. Los jueces se designan mediante mecanismos cerrados, conformando una especie de aristocracia institucional ajena al voto popular.
Históricamente, en Argentina, estuvo vinculado a los terratenientes, los grandes empresarios y al Partido Militar. Apoyó todos los golpes de Estado, las leyes de impunidad consagradas por Alfonsín y la entrega del patrimonio nacional con las privatizaciones y la reforma del Estado de Menem.
Para acabar con los privilegios de los miembros del Poder Judicial, debe empezar por igualar el sueldo de los jueces al de una maestra, así se termina con los beneficios de esta casta corporativa. Propuestas como la elección directa de jueces, la formación de juicios por jurados y el derecho a la revocabilidad por parte de sus electores serían mil veces más democráticas que el sistema actual. La excesiva concentración de poder en la Corte Suprema, donde tres, cinco o siete miembros deciden la constitucionalidad de leyes y políticas públicas, es otra muestra de ello. Por eso, la disolución del Consejo de la Magistratura y de la Corte Suprema, instituciones consideradas rémoras feudales, también debe ser parte de esta lucha.
No es casual esta estructura de privilegios: responde a su función histórica de garantizar la impunidad de los poderosos y la represión de las luchas populares, consolidando su rol como garante de los intereses de la clase dominante en el marco del Estado capitalista. Su carácter de clase se manifiesta claramente en la celeridad para criminalizar la protesta social, judicializar la política (cada vez que el poder lo necesita), blindar los privilegios de clase dominante o paralizar sistemáticamente las causas que involucran a empresarios (como las causas de lesa humanidad).
Esta selectividad judicial refleja su función real como aparato represivo que se viste con ropaje "legal". La historia de la justicia burguesa, como lo señalaron Lenin y otros teóricos marxistas, nos muestra que el sistema judicial ha sido diseñado para proteger y legitimar la propiedad privada, manteniendo el orden a través de leyes que, aunque se presentan como universales, en realidad benefician a una clase minoritaria.
Para impulsar estos reclamos, la movilización callejera es esencial. La CGT debe convocar a un paro y movilización para rechazar este fallo antidemocrático y proscriptivo que atenta contra el derecho de la población a elegir a sus representantes.
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Odio al periodismo
7 de junio, por La razón mileísta — Política, Libertades Democráticas, Medios de comunicación, Columnistas Vertical , Periodismo, Día del Periodista, Fotoperiodismo , Javier Milei, Pablo Grillo, Política, Libertades Democráticas, Medios de comunicación, Columnistas Vertical , Periodismo, Día del Periodista, Fotoperiodismo , Javier Milei, Pablo Grillo¿Por qué un presidente quiere mandar a la guillotina a quienes comunican retazos de verdad? El Día del Periodista en la Argentina de Pablo Grillo, las fake news de La Rosada y el cinismo de los CEO mediáticos. Cómo hacer un periodismo de otra clase para que la verdadera libertad avance.
Hoy se conmemora en Argentina el Día del Periodista. Va un saludo a quienes corrresponda. Y algunos apuntes.
En 1995 Carlos Saúl Menem rió con ganas cuando su interlocutor ironizó: “¿Se imagina, Presidente, un mundo sin periodistas?” Era el conservador primer ministro británico John Major, sucesor de Margaret Tatcher. Estaban en un hotel neoyorquino, festejando el cumpleaños de la ONU. El chiste surgió mientras sonreían ante decenas de cronistas, cámaras y micrófonos.
Treinta años después un gran admirador de Menem, Thatcher y Major, no deja de tuitear y gemir “¡no odiamos demasiado a los periodistas!”. Acompañando las diatribas de Javier Milei, uniformados le revientan la cabeza a un fotógrafo y gasean a otros tantos (uno de ellos previamente amenazado por el asesor presidencial), servicios de inteligencia hackean cuentas de periodistas que denuncian a los servicios de inteligencia; y voceros ensobrados no dejan de justificar cada ataque a quienes registran, informan y opinan en contra del Gobierno.
Impresionado por casos como el de Pablo Grillo o Tomás Cuesta, un periodista progresista decía hace algunas semanas en su editorial radiofónica que “éste es el peor momento, por lejos, para el ejercicio del periodismo en los cuarenta años de democracia”. Al escucharlo, quien escribe recordó a José Luis Cabezas, calcinado en 1997 en un pozo cercano a Pinamar por haber fotografiado al mafioso menemista Alfredo Yabrán. Y a Hernán López Echagüe, atacado y torturado, también en los 90, por investigar a Eduardo Duhalde. Tras el crimen de Cabezas, López Echagüe se refugió en Uruguay.
Sin dudas preocupa la avanzada de la Casa Rosada contra las y los trabajadores de prensa. Pero tal vez no sea éste el peor momento para ejercer el periodismo. ¿No fue en medio de la crisis de los años 30, durante la represiva década infame, que el periodista Roberto Arlt sacó a la luz esas joyas tituladas Aguafuertes Porteñas? ¿No fue en plena dictadura genocida que el periodista Rodolfo Walsh lanzó su Carta Abierta a la Junta Militar, bautizada por Gabriel García Máquez como una “obra maestra del periodismo universal”?
Como hace treinta, cincuenta o cien años, ésta es una época apasionante para ejercer este violento oficio, como le diría Walsh. La realidad nacional e internacional está cruzada por millones de relatos, muchos verdaderos y muchos otros falsos. En la era de las fake news, poco de lo que se escucha o lee es garantía de verdad. Y buena parte de las mentiras camufladas de noticias provienen de los despachos oficiales, con funcionarios cada vez más desvergonzados.
El periodismo tiene mucho por hacer en esta época, por difícil que sea. Siempre y cuando logre autopercibirse no como una compraventa de contenidos sino como la noble actividad de recolectar datos, información y testimonios, investigar aquello que el poder no quiere que se sepa, buscar la mayor libertad posible para difundir el producto de esa tarea y, a la vez, opinar sobre todo ello.
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Pobre periodismo
Hace unas semanas el programa Contrapunto de nuestro canal LID+ armó una mesa sobre Milei, el periodismo, la precarización, la represión y las fake news. Junto a Ana Paoletti y Agustín Espada, participó este cronista. Allí se planteó la necesidad de diferenciar dos términos que, sospechosamente, suelen presentarse como sinónimos sin serlo: “medios de comunicación” y “periodismo”.
No son lo mismo. “Los medios” son estructuras organizadas, mayoritariamente regidas por la lógica empresarial, donde hay patrones, gerentes y empleados y donde las “noticias” son una mercancía que se compra y vende en el mercado comunicacional. El periodismo es un oficio o profesión, que cumple un rol vital para el funcionamiento de esas estructuras. Pueden parecerse, pero no son lo mismo.
Si se habla de “los medios”, el año pasado el Reuters Institute difundió un estudio sobre la relación entre las empresas periodísticas y la sociedad. Con encuestas en 47 “mercados” (de diversos países y sectores), concluye que menos de la mitad de la población “confía en las noticias”. A menor edad, menores ingresos y menor nivel educativo, mayor desconfianza.
Sin embargo, el mismo informe dice que dos tercios de esas personas reconocen que, si se les diera la posibilidad de “ver y saber cómo se hacen las noticias”, es muy probable que confíen en lo que ven, escuchan y leen. La gente quiere saber lo que pasa, el tema es cuánta realidad está dispuesto a mostrarle, sin engaños ni camuflajes, el entramado de la comunicación capitalista.
Semejante desprestigio de las corporaciones mediáticas no es adjudicable a las y los miles de periodistas que, día a día, trabajan buscando datos, investigando y comunicando masivamente aquello que quieren que se sepa. Por el contrario, quienes no son patrones ni gerentes, también son víctimas directas de los dueños de esas corporaciones.
Jueves 5 de junio. Concentración de trabajaoras y trabajadores de prensa en Plaza de Mayo para denunciar los ataques del Gobierno de Javier Milei | Foto cortesía Alfredo Luna. Ex Télam El Sindicato de Prensa de Buenos Aires acaba de publicar su Encuesta 2025 sobre la “situación socioeconómica de trabajadoras y trabajadores de prensa del AMBA” (donde se concentra gran parte del gremio, entre medios nacionales y regionales). Contestaron 1.117 personas que representan a un 20 % del sector, lo que le da un alto nivel de representatividad. Algunos datos relevantes:
Más del 70 % de quienes trabajan en prensa tiene salarios que no superan la línea de pobreza. Menos que el 76 % de 2024, pero mucho más que el (también alto) 45 % de 2023. “Un cuarto del total de quienes respondieron la encuesta cayeron debajo del umbral de pobreza bajo la gestión de La Libertad Avanza”, dice el informe de Sipreba. Menos del 5 % tiene un solo empleo y puede vivir con ese único salario. Para intentar superar el umbral de pobreza, el 55 % tiene “pluriempleo” (dos o más trabajos) y un 40 % sumó al menos una nueva actividad durante el gobierno de Milei. Muchas de las nuevas “changas” no se relacionan con la profesión. Así, “crece la precarización, con jornadas fraccionadas y en condiciones cada vez más lejanas de las ideales”, lo que hace que “hoy el descanso prácticamente haya desaparecido”. El 27 % en el último año tuvo problemas de salud que se vinculan directamente con la actividad laboral. Desde los más diversos deterioros físicos hasta “ansiedad, estrés e imposibilidad de olvidarse de los problemas laborales”. Entre las complicaciones para ejercer el oficio se mencionan el contexto de “represión policial a la protesta social con la prensa como blanco predilecto”, “ataques verbales del Presidente” y sus partidarios, “agresiones físicas”, “judicialización de notas periodísticas” y “ataque a los medios públicos”. Cada vez más se sufren “agresiones o amenazas online y offline por el hecho de ser periodista o trabajar en prensa”. Este año el 27 % de las y los encuestados por Sipreba afirma haber recibido algún ataque de ese tipo, por parte de agentes estatales o paraestatales.A todo eso hay que agregar la decidida censura de todas las patronales mediáticas hacia la lucha de clases interna de las empresas del sector. Sería necio esperar que Víctor Santa María (líder del sindicatos de porteros, referente del PJ porteño y dueño del Grupo Octubre) acepte que los lectores de Página|12 y la audiencia de IP se enteren por esos medios de la crítica situación en la que están las y los laburantes del multimedio. Pero tampoco te lo cuentan Clarín, La Nación, Perfil, Infobae o C5N.
La solidaridad entre explotadores trasciende a las líneas editoriales. Porque todos llevan décadas precarizando, pagando salarios miserables y exprimendo talentos a bajo costo.
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Viva el periodismo
A la salida de la Segunda Guerra Mundial, tras años de desinformación a manos de los ejércitos y gobiernos, los organismos internacionales creyeron oportuno dictar normas de respeto tanto a la libertad de expresión como al derecho a la información de todo el mundo. Una mera formalidad.
La historia demostró cuán lejos pueden estar las convenciones escritas de la realidad concreta. Cada nueva guerra entre Estados reeditó el asedio a la verdad, dejando un tendal de corresponsales muertos. El imperialismo perpetra las más crueles masacres en nombre de la “libertad”, la “república” y la “democracia”, acompañado por magnates especializados en la producción industrial de fake news.
Ni hablar en Argentina, donde a las violaciones más extremas a todos los derechos que protagonizaron las dictaduras hay que sumarle los mil y un ataques a la prensa por parte de gobiernos constitucionales o de bandas paraestatales.
Las fake news ni siquiera son una novedad centenial. En 1977 militares argentinos y uruguayos asesinaron en Montevideo a los padres de Alejandrina Barry. Ella tenía menos de tres años. Antes de ser entregada a su familia, las revistas Gente, Para Ti y Somos de Editorial Atlántida publicaron fotos de Alejandrina y la mostraron como víctima de sus propios padres, asegurando que “la habían dejado sola”.
Otro tanto hicieron en 1979 con Thelma Jara de Cabezas, a quien sacaron de la ESMA, llevaron a una peluquería, luego a un bar y, tras una sesión de fotos, regresaron al mismo centro clandestino. El “reportaje” publicado por Para Ti puso en boca de la mujer un relato creado por los genocidas. Perversas fake news. Los dueños y gerentes de Atlántida no pagaron por sus crímenes, siguieron con sus negocios y algunos hasta hoy siguen haciendo “periodismo”.
Hay que dejar de llamarle periodismo a cualquier cosa. Escaparle a la trampa en la que nos quieren meter. El periodismo será defensor de la verdad y la libertad, o no será.
Cuando una granada de gas lacrimógeno lanzada por la Gendarmería le partió la cabeza a Pablo Grillo, el Gobierno se justificó con un discurso plagado de mentiras sobre los hechos. Para La Libertad Avanza prácticamente el único culpable era el propio fotorreportero. Pero duró poco. Hasta que un grupo de periodistas recolectó infinidad de registros fotográficos y audiovisuales provistos por decenas de colegas y, tras un análisis pericial, logró determinar que el gendarme Guerrero fue el que disparó ese gas con intención de matar. Periodismo en estado puro.
Hace un siglo el periodista, filósofo y fundador del Partido Comunista italiano Antonio Gramsci condujo el periódico L'Ordine Nuovo con el lema “decir la verdad es revolucionario”. Además de cuestionar desde sus páginas a la prensa burguesa especializada en mentiras y calumnias, Gramsci llegó a la conclusión de que, en épocas de crisis de los partidos políticos, “cada diario es un partido”, ya que “informa” y a la vez “dirige políticamente” a las fracciones sociales que lo consumen.
Si las empresas periodísticas mienten es, ni más ni menos, que en función de sus propios intereses de clase. Porque, como bien dijo Gramsci, la burguesía siempre miente.
Y así como hay que dejar de decirle periodismo a cualquier cosa, en honor a la verdad y la libertad será preciso diferenciar una clase de periodismo de otra. El clan Mitre, dueño de La Nación (desde su creación a manos del oligarca liberal Bartolomé), no puede ser mezclado en nada con Roberto Arlt. En todo sentido, Héctor Magnetto y Osvaldo Bayer están en las antípodas. Y nada de lo humano une a Rodolfo Walsh con aquellos directivos de Editorial Atlántida.
Quienes hacemos La Izquierda Diario tenemos el orgullo de ser parte de la clase obrera. Compartimos con el resto de las trabajadoras y trabajadores de prensa sus luchas y reclamos. Nuestro periodismo no se rige por las leyes de la explotación capitalista, con sus patrones, gerentes y departamentos de “recursos humanos”. Desde hace más de diez años somos una trinchera en la que la información y la verdad no se compran ni se venden.
Entre paréntesis… (si no lo hiciste aún, podés suscribirte a nuestra comunidad y sumar tu aporte para seguir adelante).
Por todo esto, no nos sorprende que un estafador internacional, “autor” de plagios con forma de libro y hombre capaz de cambiar de convicciones como de calzoncillos, odie al periodismo. Porque carece de todo apego a la verdad y del respeto irrestricto a la libertad de expresión. Para hacer pasar su plan de ajuste, miseria y hambre, es más que lógico que Milei y sus secuaces intenten acallar a quienes registran las consecuencias.
Es cierto, son momentos complejos para el ejercicio del periodismo. Pero no más que hace treinta, cincuenta o cien años. Por eso hay que cuidarse. Pero si de lo que se trata es de combatir a la mentiras del poder con la verdad de los de abajo, no podemos dejar de hacerlo.
Jueves 5 de junio. Gigantografía de Pablo Grillo expuesta frente a la Casa Rosada durante concentración de trabajadoras y trabajadores de prensa en Plaza de Mayo contra los ataques del gobierno de Javier Milei | Foto Alfredo Luna (ex Telam)
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Apología del crimen: Patricia Bullrich defiende al policía que baleó a Thiago, un niño de 7años
6 de junio, por Gatillo fácil — Libertades Democráticas, Gatillo fácil, Alejandro Vilca, Matías Aufieri, Patricia Bullrich, Bloque2 A4 4, Pablo Grillo, Libertades Democráticas, Gatillo fácil, Alejandro Vilca, Matías Aufieri, Patricia Bullrich, Bloque2 A4 4, Pablo GrilloLa ministra de Seguridad volvió a justificar la violencia policial, esta vez respaldando al oficial Facundo Aguilar Medina, quien está acusado de "exceso en la legítima defensa" y "lesiones gravísimas" por matar a un supuesto delincuente y, en el mismo operativo, disparar contra Thiago Correa, un niño de solo 7 años, que quedó gravemente herido.
Del manual de la impunidad policial: Aguilar Medicina "hizo desaparecer" los 11 casquillos disparados en el lugar, un hecho gravísimo que demuestra un intento de ocultar pruebas y manipular la escena del crimen. Sin embargo, en lugar de condenar este accionar criminal, Bullrich salió a defenderlo. De este modo, la ministra llegó a un nuevo nivel de cinismo al defender al policía que baleó a Thiago y culpar a los supuestos ladrones por el disparo. Según su aberrante lógica, si un policía mata o hiere a un inocente durante un operativo, la culpa no es del uniformado, sino de los ladrones, porque "obligaron" al agente a disparar. Es la misma lógica que usan los ejércitos en guerras para justificar "daños colaterales".
Esta declaración no solo avala el gatillo fácil, sino que refuerza la Doctrina Chocobar recargada: bajo este criterio, cualquier civil puede morir en un "daño colateral", y la culpa siempre será de alguien, pero nunca de los policías. Peor aún, Bullrich anunció que intentará cambiar la carátula judicial contra los acusados de robo por "tentativa de homicidio", cuando en realidad ellos salieron corriendo al escuchar los disparos.
Jurídicamente, es algo irracional. No hay sustento legal para imputar "tentativa de homicidio" a quienes no dispararon ni agredieron, pero a Bullrich no le importa: su objetivo es blindar a las fuerzas represivas y criminalizar a los sectores populares.
Bullrich y su historial de represión y violencia institucional
Esta no es la primera vez que la ministra justifica la violencia policial. Bajo su gestión, hemos presenciado la represión a jubilados todos los miércoles, a periodistas -uno de ellos, Pablo Grillo, incluso debió ser internado-, y a abogados por los derechos humanos, como Matías Aufieri, miembro del CeProDH, quien perdió la visión de un ojo. También resultaron afectados en las represiones ordenadas por Bullrich, diputados, como Alejandro Vilca (PTS-FIT), quien tuvo que ser atendido de urgencia debido a lesiones oculares provocadas por los gases.
Y del otro lado del vértice, impunidad para las fuerzas de seguridad, como en el caso de Luis Chocobar, quien ejecutó a un joven por la espalda y fue declarado "héroe" por Bullrich. Podríamos seguir nombrando también la defensa cerrada de los gendarmes implicados en la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado, o los prefectos que asesinaron a Rafael Nahuel.
Ahora, Thiago Correa, un niño de 7 años, se suma a la larga lista de víctimas de una política de seguridad que prioriza la represión.
La Doctrina Bullrich: Disparar primero, preguntar después
Bullrich no solo no condena el accionar del policía, sino que lo reivindica, enviando un mensaje peligroso: "Si dudás, dispara". Esto incentiva aún más la violencia institucional y consolida un modelo donde la vida de los pobres no vale nada. Mientras el oficial destruye pruebas y la ministra lo defiende, Thiago lucha por su vida y se encuentra internado en el hospital de Niños de San Justo. Su familia exige justicia.
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Apología del crimen: Patricia Bullrich defiende al policía que mató a Thiago, un niño de 7 años
6 de junio, por Gatillo fácil — Libertades Democráticas, Gatillo fácil, Alejandro Vilca, Matías Aufieri, Patricia Bullrich, Pablo Grillo, Libertades Democráticas, Gatillo fácil, Alejandro Vilca, Matías Aufieri, Patricia Bullrich, Pablo GrilloHoras antes de que el chico falleciera, la ministra de Seguridad volvió a justificar la violencia policial. Respaldó al oficial Facundo Aguilar, quien disparó más de diez tiros contra supuestos delincuentes. Mató a uno de ellos y una de las balas terminó en la cabeza de Thiago Correa. Bullrich no frena ni siquiera ante hechos como éste.
Del manual de la impunidad policial: Aguilar "hizo desaparecer" los once casquillos disparados en el lugar. Un hecho gravísimo que demuestra un intento de ocultar pruebas y manipular la escena del crimen. Sin embargo, en lugar de condenar este accionar criminal, Bullrich salió a defenderlo. Lo hizo cuando faltaban apenas un par de horas para que el niño falleciera.
Thiago fue asesinado por una de las 11 balas que disparó un policía de la federal. Acompañamos el reclamo de justicia de su familia en este momento tan doloroso. Bullrich y los que promueven el discurso de meta bala son responsables de empoderar a efectivos que se creen con la…
— Nicolas del Caño (@NicolasdelCano) June 7, 2025
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De este modo, la ministra llegó a un nuevo nivel de cinismo al defender al policía que baleó a Thiago y culpar a los supuestos ladrones por el disparo. Según su aberrante lógica, si un policía mata o hiere a un inocente durante un operativo, la culpa no es del uniformado, sino de los ladrones, porque "obligaron" al agente a disparar. Es la misma lógica que usan los ejércitos en guerras para justificar "daños colaterales".
Si los delincuentes no hubieran salido a robar, hoy Thiago estaría con su familia.
Facundo, un policía de 21 años que salía a trabajar, se defendió y defendió a su mamá de una banda de delincuentes armados. Actuó ante una situación desesperante y de peligro.
Los cuatro… pic.twitter.com/HDqa0qsXmP
— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) June 6, 2025
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Esta declaración no solo avala el gatillo fácil, sino que refuerza la Doctrina Chocobar recargada: bajo este criterio, cualquier civil puede morir en un "daño colateral", y la culpa siempre será de alguien, pero nunca de los policías. Peor aún, Bullrich anunció que intentarán cambiar la carátula judicial contra los acusados de robo por "tentativa de homicidio", cuando en realidad ellos salieron corriendo al escuchar los disparos. Ahora que Thiago murió, seguro querrá acusarlos del homicidio.
Jurídicamente, es algo irracional. No hay sustento legal para imputar por "homicidio" a quienes no dispararon ni agredieron, pero a Bullrich no le importa: su objetivo es blindar a las fuerzas represivas y criminalizar a los sectores populares. Las imágenes del hecho confirman que el oficial Facundo Aguilar no estaba en peligro cuando disparó 11 veces en 9 segundos, alcanzando al pequeño que se encontraba junto a su padre.
Cuando el policía sacó su arma, los cuatro jóvenes giraron para huir. Uno tenía un arma que ni siquiera funcionaba, pero en ningún momento hubo un enfrentamiento.¿Legítima defensa? No. Fue una ejecución. Los tiros fueron indiscriminados, en una zona con civiles.
¿Por qué Bullrich no habla de que el policía hizo desaparecer los casquillos de las balas? Porque su prioridad es proteger a los uniformados, no a las víctimas.
Bullrich y su historial de represión y violencia institucional
Esta no es la primera vez que la ministra justifica la violencia policial. Bajo su gestión, hemos presenciado la represión a jubilados todos los miércoles, a periodistas -uno de ellos, Pablo Grillo, incluso debió ser internado por lesiones graves-, y a abogados por los derechos humanos, como Matías Aufieri, miembro del CeProDH, quien perdió la visión de un ojo. También resultaron afectados en las represiones ordenadas por Bullrich, diputados, como Alejandro Vilca (PTS-FIT), quien tuvo que ser atendido de urgencia debido a lesiones oculares provocadas por los gases.
Y del otro lado del vértice, impunidad para las fuerzas de seguridad, como en el caso de Luis Chocobar, quien ejecutó a un joven por la espalda y fue declarado "héroe" por Bullrich. Podríamos seguir nombrando también la defensa cerrada de los gendarmes implicados en la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado, o los prefectos que asesinaron a Rafael Nahuel.
Ahora, Thiago Correa, un niño de 7 años, se suma a la larga lista de víctimas de una política de seguridad que prioriza la represión.
La Doctrina Bullrich: Disparar primero, preguntar después
Bullrich no solo no condena el accionar del policía, sino que lo reivindica, enviando un mensaje peligroso: "Si dudás, dispara". Esto incentiva aún más la violencia institucional y consolida un modelo donde la vida de los pobres no vale nada. Mientras el oficial destruye pruebas y la ministra lo defiende, Thiago estuvo internado en el hospital de Niños de San Justo con muerte cerebral. Hasta hoy, cuando cerca de las 20 h falleció. Su familia exige justicia. Thiago fue víctima de la violencia policial y la Doctrina Chocobar.